miércoles, 16 de enero de 2013

PREDICADOR DE IDEAS

Por Salvador Montoya/Escritor

Divulga la investigadora Stonor Saunders que el presidente Eisenhower decía en una intervención pública hace muchos años lo siguiente: “La guerra psicológica es la lucha por ganar mentes y voluntades de los hombres” (F. Stonor Saunders, La CIA y la Guerra Fría Cultural, Barcelona, Debate, 2001, p. 212). Ese concepto sintetiza muy bien la arena de los conflictos de nuestra contemporaneidad. Y si hay guerra tiene que haber enemigos. El sociólogo venezolano Contreras Natera presenta esos adversarios según la perspectiva de los dominadores del sistema actual: “El mayor peligro, según los neoconservadores, para las comunidades es la exaltación anárquica del principio de autodeterminación” (Miguel Ángel Contreras Natera, Una geopolítica del espíritu, Caracas, CELARG, 2011, p. 218). La persona que tenga principios de soberanía mental y política sería un enemigo a matar. Bajo esta guerra cultural ser un predicador de ideas se hace imperativo. Somos antagonistas de los poderosos del mundo porque creemos en la justicia social, en la democracia participativa y en el mensaje de Jesús de Nazaret. Decía Jesús que si llegasen sus discípulos a ser perseguidos por sus enseñanzas y los metieran presos y les pidiesen defenderse, debían hacer esto: “Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan” (Lucas 21.14-15). Tomemos este consejo de oro pero no de la forma excepcional (no estamos en mazmorras) sino de la manera ordinaria (en el diario vivir): debes proponer en tu corazón saber responder por tus principios y por tu lucha de vida con palabras y sabiduría que no se puedan resistir ni contradecir. Y eso demanda mucha inteligencia y no dejar que la guerra psicológica mediática te haga amar a los verdugos del mundo. Con razón proponía Malcolm X: “Si no estás prevenido contra los medios de comunicación te harán amar al opresor y odiar al oprimido”.  Quien sabe ser libre, lo sabe porque lucha contra los indignos del mundo y abraza a los indignados con la verdad.

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