Por Salvador Montoya/Escritor
Afirma
el escudo del estado Guárico como certera invitación que: “Si amas la libertad, ven a mis pampas”. Y ya que el rock es por
naturaleza libertario, encuentra geografía y oficio en el llano. En 1934,
Rómulo Gallegos ese gran literato, sacó su tesoro textual Cantaclaro, novela que cuenta la vida de un cantor de nuestra
llanura. Florentino Coronado (Cantaclaro)
es un personaje colectivo, un luchador indomable, un trotamundos que avanza en
sus caminos con la confianza que el arte puede transformar la barbarie en
civilización. Sus coplas, sus amores, entretejen una historia furtiva,
paradójica; Cantaclaro con sentido histórico y social está convencido que ese
es el sendero de la libertad. Por tanto, no le teme a ningún obstáculo, de
hecho se enfrenta ante el mismo diablo a defender su tierra, su alma, su
autodeterminación, su conciencia. Cantaclaro como un Orfeo llanero experimenta
caminar por encima de los infiernos. Es Cantaclaro
un precursor de la cultura rock. Por consiguiente, no es alocado el que un
evento como Rock en el Llano tenga
una presencia transformadora en Calabozo, en pleno siglo XXI. Los pioneros de
ese evento (y más que evento, es un movimiento cultural) cuando se les piensa y
se les observa, hablan de talentos, de superar límites; ellos tienen una
filosofía que desecha o torres de cristal o adoraciones al ombligo. Josué
Ojeda, Rodrigo Hernández, Ludo Elvisconti, y otros fundadores de ese movimiento
discuten, hacen música, se ríen de sus contradicciones pero luchan por ser lo que el rock demanda:
combate, amor, búsqueda, sangre. Desde la primera edición del festival en
2011 se ha creado una zona de creatividad y de potenciales en expansión. Quien vive el rock está poseído por la
fuerza de la independencia. Escribió, en su novela apocalíptica Averno, el poeta Gabriel Jiménez Emán que nuestro país se sucumbía ante una
catástrofe de consumismo trasnacional, de postmodernidad fallida y de desidia
pero fue rescatada de esa debacle por un movimiento cultural constituido por
jóvenes artistas, cantantes, poetas, pintores, cultores de la dignidad humana
llamados Vanguardia Ética. Quien vive el rock supera los avernos de la
indiferencia y de la dictadura de lo mediocre. Ahora este próximo mes de
marzo -el 15 y 16- tendremos otra edición del Festival Rock en el Llano. Nos acompañaran las siguientes bandas: Ojiva,
Soul Collector, Arsenal V, Self Made, Incore, Skull Grinders, Banda XL, Dal
Segno, Séptima Carta, Bonzay, Hipodermis, Kiakra, Plaza 59, Miss Cabaret. Quien vive el rock participa de la
liberación compartiéndola con otros. Estos Cantaclaros no llevan coplas o
cuatros o montan caballos, estos nuevos Cantaclaros usan guitarras, y otros
diversos instrumentos pero transitan el mismo sendero de emancipación. Cuando
participo en sus conciertos, coreo sus canciones, bailo en sus fiestas,
converso con ellos de cualquier tema veo a Cantaclaro. Porque Rock en el Llano es Cantaclaro en su
vanguardia. Puntero en la soledad/que
enlutan llamas de ayer/Parece que va soñando/ con la sabana en la sien. Así
describió el poeta Alberto Arvelo Torrealba a Cantaclaro. Quien vive el rock sabe que el llano es descollante de sueños y de
libertad. Sí, es puntero de rock y por eso ven a mis pampas.
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