sábado, 5 de enero de 2013

LA LLAVE DE LA CIENCIA

Por Salvador Montoya/Escritor
 
El científico Michio Kaku en su libro asombroso Física de lo imposible nos describe los desafíos científicos que podrían ser resueltos en siglos o en milenios, y los imposibles de alcanzar. Nos diserta sobre la teletransportación, la telepatía, las travesías hiperespaciales, la precognición, entre otros asuntos relevantes. Kaku logra reiterar un principio del conocimiento: queremos avanzar porque el conocimiento nos ayuda a entrar a una vida más maravillosa. Jesús de Nazaret afirmó que: “¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley! Porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis” (Lucas 11.52). Tener la llave de la ciencia te hace capaz de entrar a tierras de proezas, vida en abundancia y prosperidad. Sin embargo, debes tomar en cuenta que hay gente experta en neutralizar tus esfuerzos, tu ánimo de conocer, tu actitud de inventiva y de abrir las puertas de lo imposible. Por eso, quien no usa la llave de la ciencia se come la comida recalentada de la historia. Jesús de Nazaret te insta a que uses la llave de la ciencia porque ella te permite entrar a siete portales de productividad: la libertad de pensamiento, la imaginación creadora, la actitud visionaria, la irreverencia frente a lo conocido, el interpelar los territorios temáticos del conocimiento, los modos de interrogar la realidad y la criticidad-hermeneuta. Cuando el sabio venezolano Humberto Fernández Morán se encuentra con el otro sabio alemán Albert Einstein en la Universidad de Princeton, Albert lo anima a que continúe estudios en Suecia, que en USA no tenía nada que aprender. El genio de Einstein influyó sobre su aventajado discípulo Fernández Morán para motivarlo a estudiar física y microscopía electrónica, saberes que luego darían como resultado que Fernández Morán lograra uno de sus inventos: el bisturí de diamante (Ver Hernández Fonseca, Juan Pablo / Valbuena, Henry. Humberto Fernández-Morán. Un científico marabino de la talla de un diamante. Ediciones del Vice Rectorado Académico de LUZ. Maracaibo, 2008). Einstein no le quitó la llave de la ciencia a Fernández Morán, más bien se la pulió, le dio mayor lucidez. Vivir en democracia, vivir en libertad, vivir el evangelio de Jesús exige usar la llave de la ciencia para profundizar en los valores que nos hacen más humanos, y no en la destrucción de nuestros prójimos. Es la ciencia de lo posible.

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