jueves, 10 de enero de 2013

CUANDO HAGAS BANQUETE

Por Salvador Montoya/Escritor

La literatura de Kafka está llena de eventos paradójicos, deja en el alma del lector un semblante atónito y una furia existencial. En su brevísimo cuento El buitre, asistimos a una muerte de un hombre indefenso, que esperando la ayuda de otro se le hace imposible sobrevivir, ya que el buitre le asesta un picotazo mortal. Quien le ofreció la ayuda no tenía un fusil para matar al buitre y yendo a su casa a buscarlo es cuando el animal ejecuta la muerte. En los caminos de nuestro tiempo globalizado estamos enfrentando esos dilemas continuamente. Hace dos mil años Jesús decía: “Cuando hagas banquete, llama a los pobre, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los muertos” (Lucas 14.13-14). La demanda de Jesús potencia el espíritu de nuestra existencia. ¿Para qué vivimos? ¿Somos solidarios por nuestros intereses o porque tenemos conciencia de nuestra humanidad? ¿Qué tan humanamente actuamos o el egoísmo y la insensibilidad nos gana la batalla de la vida? Son interrogantes duras, difíciles como la narrativa de Kafka. Le refirió cierta vez Ernesto Sábato a Luis Britto García que: “Cuando se puso de moda el kafkismo, dije: hay que inventar un tónico contra la Kafka” (Luis Britto García, Conciencia de América Latina, Caracas, Editorial Nueva Sociedad, 2002, p.133). El principio de Jesús es medicina efectiva: quien haga espacio para servir en el banquete de su vida a los indefensos conocerá la diferencia entre vivir en lo efímero y existir anclado en la esperanza y en el amor compartido. Y no es utopía, es el derecho de ser humano.

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