domingo, 22 de abril de 2012

LOS QUE REVOLUCIONAN AL MUNDO

Por Salvador Montoya/Escritor

Hay los que hacen revolución por amor y hay los que hacen revolución por odio. Hay revoluciones para atar al servilismo a las multitudes y hay revoluciones para dignificar al ser humano. Tomemos dos ejemplos: Napoleón Bonaparte y Simón Bolívar. Los dos cruzaron fronteras y se batieron contra sus enemigos a muerte. Pero el primero buscó subyugar, ser emperador, el último dar libertad a naciones enteras. Así son los hechos históricos conclusivos. Sin embargo, impulsados por la enseñanza incomparable de Jesús y sus hechos aprendemos que los verdaderos revolucionarios van a la gente, no excluyen a la gente. De esa manera lo hicieron Pablo y Silas en Tesalónica. ¿Cuántas multitudes siguen desamparadas, decepcionadas, lanzadas a la vacuidad en la actualidad? Afirmaba la Madre Teresa de Calcuta que se habla mucho de los pobres, pero no se habla con los pobres. Si queremos proseguir en la revolución de Jesús hay que ir a donde está la gente, hay que incluirlos, hacerlos entender que son importantes y que juntos podemos construir una humanidad feliz. Con soberbia y exclusiones nos hacemos infértiles de humanismo y de espiritualidad. Además los verdaderos revolucionarios saben argumentar lo que son a través de las Sagradas Escrituras. Es necesario defender nuestras ideas, nuestros valores, nuestras visiones. Pero eso no se logra sin cultivo intelectual, sin formación académica, cultural y cristiana. Es la hora de las batallas de las ideas, no es tiempo para ser indocto o inconstante. Porque los verdaderos revolucionarios toman a Jesús de Nazaret como ejemplo. Y Jesús fue docto, inclusivo, participativo, se apoyó en las multitudes y cumplió su propósito redentor. Los que revolucionan al mundo para bien pueden seguir los pasos de Jesús o caminar por las huellas confusas de los banales.

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