sábado, 1 de diciembre de 2012

LA RIBAZÓN





Por Salvador Montoya/Escritor



Si entras de golpe no te sorprenderás en escuchar groserías envueltas en risas, otros interpretarán miradas en las marcas de las ropas y los demás se sentirán a gusto con parecer sencillos pero con temores por doquier.
Ese es mi salón de clases. Es la ribazón.
    Cuando hay un clima de esperanza se sabe que alguien está enamorado de quien lo ayuda en la materia que menos se piensa. Pero no sé: cada quien inventa su propio concurso de amor universitario dentro del aula. Pues toda ribazón necesita buenos pescadores. Por eso, estudiar en equipo es lo opuesto a caerle bien a alguien: o somos bacalaos o somos fosforescentes.                                                                   
     -Lo que pasa es que aquí todos son unos chismosos y habladores de paja.
Esa es la ley de la ribazón: sin ebullición desordenada y comprometida con el azar no hay felicidad.
Somos 7 hombres y 28 mujeres. “Y a beber, ya, ya. ¡Que el mundo se va a acabar!”. Y nos pasó que el caucho del bus se fue de tiro: íbamos por la represa. No sucedió nada mortal, pero del impacto la ribazón se hizo llanto, carreras, silencios, maldiciones y oraciones.
-    -Más nunca cantaré esa maldita canción.
La ribazón tiene sus vetos, los profesores los han conocido de continuo. Quien pierde concentración algún pez lo acecha. Sin embargo, suelen ser los mismos compañeros que forman las horas locas.
     -¡Justicia MM!
Por mensaje de texto, por facebook. Pero antes el compañero de las preguntas dementes. Sucede que nos estábamos relajando con cierto elíxir y se nos olvidó que íbamos a presentar una exposición. Uno de los amigos de Baco ya bastante animado se sintió irrespetado porque un compañero fuera de lugar preguntó más de la cuenta y dijo:
-¡Cállense, déjenmelo a mí: yo respondo!
La profesora no entendió la autoridad del compañero. Nosotros sí, es la ebriedad, es que la ribazón tiene respuestas que los académicos no razonan. Y lo de MM lo dejamos para después. No hay apuros. (Continuará).

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