Por Salvador Montoya/Escritor
Él era parte de las respuestas dementes.
La profesora estaba eufórica y preguntó:
- ---Los
indígenas se dividían en sedentarios y nómadas. ¿Qué significa la palabra nómada?
Y el genio respondió con orgullo: “Bueno
profesora: nómada es una marca de koalas”.
Nadie sabía si reír o rabiar de desgracia. Empezamos a entender que la ribazón es nómada en sus desafíos. En
otra ocasión, nuestro profesor de estadística inquirió:
-
-¿Quién
es el padre de la estadística?
El más audaz del salón profirió con valentía:
“Aristóteles”. Por supuesto que nos reímos. Pero esas cosas son detalles insignificantes
como estornudar o bostezar de aburrimiento. Pues la ribazón busca hasta justicia en sus travesías. Veamos a MM: estaba
molesta porque una compañera de clases se iba a encargar de mandar a timbrar unas
chemises y ésta se desapareció sin decir nada. Después supimos que su madre había
enfermado y tuvo que cuidarla. Pero aún así MM perdía la compostura, la rabia le
salía por los poros, por los ojos. Cualquiera la veía y podía decir: “Ahí va la
Chávez”. MM quería su dinero: 80bs.
-
-Es
que 80 son 80. ¡Es más de media caja de cerveza!
No te digo pues: la ribazón tiene tanta sabiduría como una ebriedad. Y se hizo justicia,
se le dio su dinero. Sin embargo, sigue la ribazón. (Continuará).
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