martes, 4 de diciembre de 2012

LA RIBAZÓN (II)



 Por Salvador Montoya/Escritor



Él era parte de las respuestas dementes. La profesora estaba eufórica y preguntó:
-         ---Los indígenas se dividían en sedentarios y nómadas. ¿Qué significa la palabra nómada?
Y el genio respondió con orgullo: “Bueno profesora: nómada es una marca de koalas”. Nadie sabía si reír o rabiar de desgracia. Empezamos a entender que la ribazón es nómada en sus desafíos. En otra ocasión, nuestro profesor de estadística inquirió:
-         -¿Quién es el padre de la estadística?
El más audaz del salón profirió con valentía: “Aristóteles”. Por supuesto que nos reímos. Pero esas cosas son detalles insignificantes como estornudar o bostezar de aburrimiento. Pues la ribazón busca hasta justicia en sus travesías. Veamos a MM: estaba molesta porque una compañera de clases se iba a encargar de mandar a timbrar unas chemises y ésta se desapareció sin decir nada. Después supimos que su madre había enfermado y tuvo que cuidarla. Pero aún así MM perdía la compostura, la rabia le salía por los poros, por los ojos. Cualquiera la veía y podía decir: “Ahí va la Chávez”. MM quería su dinero: 80bs.
-         -Es que 80 son 80. ¡Es más de media caja de cerveza!
No te digo pues: la ribazón tiene tanta sabiduría como una ebriedad. Y se hizo justicia, se le dio su dinero. Sin embargo, sigue la ribazón. (Continuará).  

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