sábado, 29 de diciembre de 2012

2013: EL DERECHO MARAVILLOSO DE PREGUNTAR



Por Salvador Montoya/Escritor



En la novela experimental de Miguel Ángel Pérez Pirela, Pueblo, hay una pugna entre el dictador llamado Gobernador y un revolucionario de izquierda extrema llamado Fantasma, por el amor de Esaquellalaausente. Pérez Pirela, en esa novela, es el hermeneuta de un principio existencial fundamental: una persona ausente de preguntas tiene un espíritu vacuo. En otras palabras, amar la vida es fructificar en interrogantes. Simón Rodríguez enfatizaba en el siglo XIX: “Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el por qué de lo que se les mande hacer, se acostumbren a obedecer la razón, no a la autoridad como los limitados, no a la costumbre como los estúpidos” (Simón Rodríguez, Obras Completas, Caracas, Universidad Simón Rodríguez, Tomo II, 1975, p.27). El maestro de América es certero: quien tiene una mente inquisitiva aparta de sí la estupidez y las limitaciones. En este nuevo año 2013 es genial proponernos hacer, por lo mínimo, cuatro preguntas: ¿Cómo se expresa la espiritualidad en esta nueva cultura? ¿Cuáles son los principios para activar día a día un liderazgo inteligente? ¿Conoces novedosas maneras para fortalecer la democracia y alcanzar justicia social? ¿Qué hacer para gozarse la vida con mente y cuerpo sano? Eduardo Galeano lo llama: “El peligroso vicio de preguntar” (Eduardo Galeano, Espejos, Buenos Aires, Editorial Siglo Veintiuno, 2008, p.102). Y ese vicio preguntón produce los descubrimientos de las maravillas de la vida. He allí la revolución del 2013: si cambias de preguntas, tus respuestas te harán más libre, más perspicaz, más auténtico. J. P. Zooey, en su novela Los electrocutados, nos narra la aventura de un profesor universitario, que por más de seis décadas, busca escuchar la frase que el Sistema Solar tiene reservada para nosotros. Quizás esa frase sea una pregunta y nuestra vida es la contestación única y personal para tal inquisición. De allí que todo aquel que pregunta está electrocutado o de certezas o de incertidumbres, de amores o de pasiones, de locuras o de utopías.  
 

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