jueves, 9 de febrero de 2012

ESPÍRITU DE PROEZAS

Por Salvador Montoya/Escritor


Pues Dios no nos ha dado un espíritu
De timidez, sino de poder, de amor
Y de dominio propio
2 Timoteo 1.7


Toda proeza es poner en acción el espíritu de Dios que está en ti y en mí. Por ello, el gran poeta americano Walt Whitman dijo: “Sé que el espíritu de Dios es el hermano del mío” (Walt Whitman, Hojas de hierba, Barcelona, Edicomunicación, 1984, p. 30). Es decir, el espíritu de Dios es uno con el de nosotros. Y si estamos unidos entonces todo es posible. El apóstol Pablo conocedor de esta inmensa verdad, en las postrimerías de su muerte se la escribe a su discípulo Timoteo y sus palabras tienen vigencia amplia en nuestro mundo de hoy. Cuando afirma: “Dios no nos ha dado un espíritu de timidez”, nos está recordando aquellas palabras de Jesús de Nazaret: “Sólo los violentos (valientes) arrebatan el reino de los cielos”. Con suma autoridad Jesús de Nazaret declara que una virtud de sus seguidores es la valentía, el arrojo, la determinación. Los que se llaman cristianos, por eso, no deben ser gente escuálida, de doble ánimo, llenos de temor sino poderosos para cambiar el mundo. Poder en griego es “dynamis”, de allí viene la palabra dinamismo, dinamita. Ese “espíritu de poder” se manifiesta en tres grandes maneras: poder para hacer riquezas, poder de la palabra y poder para ser testigos de lo divino. Dios le dijo al pueblo de Israel a través de Moisés: Acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer riquezas, a fin de confirmar el pacto que juró a tus padres (Deuteronomio 8. 18). ¿Cuál es la manera de hacer riquezas? ¿Cuáles son los principios que debemos seguir? Al mirar la historia observamos que el hacer riquezas de la forma justa hace preciso al menos tres aspectos: conocimiento, administración y justicia. Ahora bien, el poder de la comunicación lo establece Salomón al proclamar que: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos” (Proverbios 18. 21). Nuestra comunicación debe ser verdadera y que haga feraz a nuestra condición humana. Hay que saber dar lo mejor a través de las palabras. El intelectual francés Jean Franois Revel nos alertaba al afirmar: “La primera de todas las fuerzas que dirigen al mundo es la mentira” (Jean Francois Revel, El conocimiento inútil, Barcelona, Editorial Planeta, 1989, p. 9). Enfrentar la desinformación y el engaño mediático hace necesario espiritualidad y habilidades exegéticas propias de una persona que se cultiva en sabiduría. Por eso Jesús de Nazaret les dijo a sus discípulos: “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1.8). Lo divino que está en nosotros quiere que disfrutemos una libertad feliz, que seamos testigos de la excelencia que produce dejar que nos guien los valores espirituales de la justicia, la paz y el gozo.
El cambio viene siempre desde adentro para después transformar la realidad exterior. Y en un código se resume esa renovación. Anotemos tres ejemplos clásicos: el código de Hamurabi, el areté griego y el boshido japonés. Pero San Pablo a través de Jesús de Nazaret entendió y vivió bajo “el ágape” el único que da vida en abundancia. Y por último, “el dominio propio”, en griego “sofronismos”. En este punto debemos hablar de los valores en que se basa nuestra vida, nuestra familia, nuestros negocios. Y esos valores que fortalecen y construyen una mente sana están determinados por las fuentes del conocimiento a la que acudimos. ¿A quién o a qué acudes por conocimiento? ¿Al periódico, a la televisión, a la publicidad? Tu acción transformadora está supeditada a tu conocimiento. Tener un espíritu de proezas es amalgamar a tus palabras y obras el poder, el amor y el dominio propio. Schiller dijo: “El que hace lo mejor para su tiempo ha vivido para todos los tiempos”. Por lo tanto, pasamos de ser una generación boba, arrodillada ante los vicios sociales y políticos cuando se levantan hombres y mujeres ungidos con el espíritu de Dios para hacer proezas en todas las áreas de la vida. Y nada ni nadie los detiene porque con poder, amor y dominio propio todo es posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario