Por Salvador Montoya/Escritor
En
su texto Letras y hombres de Venezuela,
Arturo Uslar Pietri afirma que los venezolanos hemos carecido de una mente
organizada, por su parte, Manuel Barroso, en su libro La autoestima del venezolano, sostiene que el venezolano ha
decidido tener una vida de marginal: improvisada, efímera, desordenada. Esos
son errores que debemos resolver según sus puntos de vistas personales. Yo
agregaría que los venezolanos somos el resultado de errores históricos que
hemos acumulado. Veamos algunos errores principales: entre los errores que ha
cometido el pueblo venezolano está el haberse resistido a la colonización
española, a no agradecer la cautividad del Imperio de Fernando el católico, a
no honrar la corona imperial que destruyó lenguas, vidas y memorias indígenas
milenarias. Otro error fue apoyar los alzamientos de los negros en diferentes
zonas de nuestro mapa, ya que esa raza maldita nació para ser esclava, viciosa
y llenos de Satanás. Otro error es haber parido un hombre fulgurante como
Francisco de Miranda que se pasó toda la vida luchando por la libertad política
y cultural de nuestra nación, porque nosotros no necesitamos hombres libres sino
hombres serviles. Otro error fue el haber declarado la Independencia en 1810,
perdiendo así los privilegios de ser una colonia explotada por los españoles de
entonces. Otro error fue el haber engendrado un genio como el de Bolívar, quien
comandó la guerra independentista con audacia y una lucidez política sin
parangón en el mundo, porque no precisamos genios sino brutos. Otro error fue
que los llaneros dispusieron un corazón de gigantes al atravesar fronteras para
llevar libertad a otras naciones suramericanas, pues la vida mejor es la que
tiene egoísmo y guerras fratricidas. Otro error fue el haber tenido unas
mujeres como Luis Cáceres de Arismendi, la cacique María de los Ángeles y la negra
Hipólita y miles más, quienes lucharon por un sistema de igualdad y de
justicia, ya que las féminas son usadas por el diablo y no tienen inteligencia.
Otro error fue el haber apoyado al general de hombres y tierras libres Zamora,
quien liderizó la batalla por las reivindicaciones de campesinos, comerciantes
y artesanos de todos los colores, porque los pobres se tienen que conformar con
las migajas. Otro error fue el resistir con Cipriano Castro el bloqueo de las
potencias europeas en 1902, debimos darnos por vencidos y entregarles nuestro
país. Otro error fue el haber dado concesiones petroleras por 30 años, debimos
entregarlas para siempre, así nos habríamos asegurado una esclavitud completa.
Otro error fue el concretar luchas para la eliminación de dictaduras como la de
Gómez y de Pérez Jiménez, ya que en las dictaduras se vive mejor. Otro error
fue el haber detenido el sistema de justicia por el medio del cual si alguien
era de izquierda se le torturaba, se le lanzaba de un helicóptero, o los
asesinaban de a tiro de gracia, porque así deben morir todos los ñángaras y los
disidentes. Otro error fue el no haber asesinado a más gente durante el
Caracazo, todos esos que saquearon debieron morir, todos esos pobres,
ignorantes, están jodidos por la historia, por tanto, no tienen futuro. Otro
error fue no privatizar a PDVSA durante el último gobierno de Caldera, ya que nosotros
debemos es tener un país hipotecado por siempre. Otro error fue el no haber
defendido al gobierno más legítimo y constitucional de nuestra historia: el
gobierno inmaculado de Carmona Estanga, presidente más probo que el Espíritu
Santo. Otro error fue que rechazamos destruir por completos todos los sistemas
de PDVSA en el famoso paro petrolero de 2002, si esa empresa no es de los
tecnócratas debe dejar de existir. Otro error fue habernos declarado territorio
libre de analfabetismo en 2005 y poseer en la actualidad la tasa más alta de
estudiantes en América Latina, pues el pueblo tiene que ser mediocre, inculto y
pendejo. Otro error es haber cumplido las metas del milenio de la ONU, porque
el pueblo tiene que pasar hambre y tener el peor nivel de vida, para eso son
pobres. Otro error es asegurar la soberanía sobre nuestros destinos al
integrarnos a la CELAC, al MERCOSUR, al ALBA y la UNASUR, porque mejor es ser
un paraíso del neoliberalismo y ser unas focas del FMI y del Banco Mundial.
País que nace torcido, ningún demócrata su cultura endereza. Por tanto, como la
máxima del documental Caracas, ciudad de
las despedidas: Yo me iría demasiado. ¿Y tú?
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