martes, 18 de septiembre de 2012

LA MAYÉUTICA DE BARACK OBAMA


Por Salvador Montoya/Escritor

El premio nobel de la paz Barack Obama es un hombre fecundo en la mayéutica del poder. Afirmaba el emperador romano Adriano que: “Lo esencial es que el hombre llegado al poder haya probado luego que merecía ejercerlo”  (Marguerite Yourcenar, Memorias de Adriano, Venezuela, Editorial Planeta, 2002, p. 78). Y Obama fue entrenado para ejercer ese poder sin falsos escrúpulos y sin lenguajes procaces, sin embargo, sus decisiones fortalecen la lógica canalla de que hay dominadores y dominados. En su propia autobiografía nos refiere un diálogo con su padrastro Lolo, en el cual notamos los principios fundamentales de su liderazgo y de su existencia. Obama, con tan sólo once años, le pregunta a Lolo:
    “- ¿Has visto alguna vez matar a un hombre?-le pregunté.
Bajo la mirada, sorprendido por la pregunta.
-         ¿Lo has visto?-repetí.
-         Sí-dijo.
-         ¿Hubo sangre?
-         Sí.
Me quedé pensando por un momento.
-         ¿Por qué mataron a aquel hombre, al que viste?
-         Porque era débil.
-         ¿Eso es todo?
Lolo se encogió y se bajó la pernera enrollada del pantalón.
-         Normalmente eso es suficiente. Los hombres se aprovechan de la debilidad de otros hombres. En ese sentido son como los países. El hombre fuerte le quita la tierra al débil. Le hace trabajar sus campos. Si la mujer del débil es bonita, el fuerte la tomará-se detuvo para beber otro sorbo, luego preguntó-. ¿Cuál te gustaría ser?
No respondí, y Lolo miró hacia al cielo con los ojos entornados.
-         Mejor sé fuerte-dijo por último al levantarse-. Si no puedes ser fuerte, sé inteligente y firma la paz con el fuerte. Pero siempre es mejor que seas fuerte. Siempre”. 
(Barack Obama, Los sueños de mi padre, Santiago de Chile, Random House Mandadori, 2008, pp. 38-39).
Y con tal mayéutica ha apoyado invasiones a otros países y olímpicas formas de irrespetar la autodeterminación de los pueblos del mundo. Por tanto, enfrentarse a esa mayéutica maléfica precisa inteligencia, soberanía y audacia. De esa forma Bolívar la venció. Y nosotros también la venceremos. 

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