-Dos veces más hijos del infierno-
Ay de ustedes maestros… porque recorren mar y tierra para hacer un discípulo, y una vez hecho, lo hacen dos veces más hijo del infierno que ustedes.
Jesús de Nazareth
Mateo 23.15
Jesús de Nazareth
Mateo 23.15
I
J. L. Salcedo-Bastardo en su libro “El Primer Deber” de 1973 (un análisis con el acervo documental de Bolívar sobre la educación y la cultura) nos cuenta que en los años 1800 cierta vez fue descubierto en Catamarca, Argentina un “mulato” que sabia leer gracias a su inteligencia y esfuerzo por si solo; “el premio” a tan ejemplar dedicación fue la cantidad de 25 azotes que le fueron propinados en la plaza publica para hacer desistir a otros de tamaña osadía. Luis Britto García afirma que “en 1994 en el Informe Secreto Nº 11130-V: Venezuela en el año 2000: Educación para el crecimiento económico y equidad social (for official use only), el World Bank dispone que la Educación Superior Publica venezolana debe estar reservada para los privilegiados que puedan pagar la matricula, y que los programas educativos deben ser diferentes para cada estado. El ministro de Educación Cárdenas acoge ambos dictados en un proyecto de ley, y además elimina Historia, Geografía y Educación Cívica de los programas de Primaria” (Pare de Sufrir, 2005). Para 1998 en Venezuela de 240 mil bachilleres tan solo 70 mil ingresaron a una universidad, los demás eran denominados “los flotantes”. De esa fecha hasta hoy han cambiado las cosas radicalmente porque más del 40% de la población venezolana esta estudiando en diferentes niveles.
Ahora bien, estos datos nos remiten a las palabras diáfanas de Jesús de Nazareth y a pesar de que hoy no se azoten a las personas por leer (Venezuela se declaro territorio libre de analfabetismo en el 2005), y a pesar de que se dedica mas del 6% del presupuesto nacional a la educación todavía permanece vivo el cáncer de la ignorancia en nuestro sistema educativo venezolano. El Redentor de Galilea hacia referencia en sus palabras al hecho de que los fariseos de aquel tiempo educaran a una persona para hacerla desgraciada y desde luego que ese educar era para hacerlo un miserable, un esclavo. De esa misma forma, nuestros pueblos han sido humillados y ofendidos en su dignidad, en su espíritu por no cultivar o por ser privados de un conocimiento transformador pues por siglos recibió una bazofia informativa y dogmática de forma oficial como educación.
II
Seis grandes errores perviven en nuestro sistema educativo que hace a nuestro pueblo dos veces más hijo del infierno:
1. Pretender enseñar de todo a base de memorización y repetición absoluta.
2. Obviar el tratamiento de la realidad contemporánea como fuente de pensamiento crítico y constructivo.
3. Mantener solo un personal clasificado para la enseñanza sin la intervención de otros actores fecundos del país.
4. Hacerlo un servicio para la burocracia ineficaz y no para formar gente productiva.
5. Rechazar el perfeccionamiento de la persona a través de la lectura y el estudio, las artes y los deportes, las ciencias y el trabajo liberador.
6. Descartar con rudeza la unión de estudiantes y profesores para la investigación científica y hacer uso de nuestros valores artísticos e históricos.
Un buen lema para enfrentar esta batalla es: “Nadie sabe lo bastante para ser pesimista”. Debemos fortalecer nuestro espíritu y concretar esta reforma necesaria. Porque sino seguirá ocurriendo lo que el genio latino Plutarco profetizo: “Dad vuestro hijo a un esclavo para que lo eduque, y en vez de un esclavo tendréis dos”.
SALVADOR MONTOYA
Calabozo, Carrera 19 16/02/09 2:35pm
J. L. Salcedo-Bastardo en su libro “El Primer Deber” de 1973 (un análisis con el acervo documental de Bolívar sobre la educación y la cultura) nos cuenta que en los años 1800 cierta vez fue descubierto en Catamarca, Argentina un “mulato” que sabia leer gracias a su inteligencia y esfuerzo por si solo; “el premio” a tan ejemplar dedicación fue la cantidad de 25 azotes que le fueron propinados en la plaza publica para hacer desistir a otros de tamaña osadía. Luis Britto García afirma que “en 1994 en el Informe Secreto Nº 11130-V: Venezuela en el año 2000: Educación para el crecimiento económico y equidad social (for official use only), el World Bank dispone que la Educación Superior Publica venezolana debe estar reservada para los privilegiados que puedan pagar la matricula, y que los programas educativos deben ser diferentes para cada estado. El ministro de Educación Cárdenas acoge ambos dictados en un proyecto de ley, y además elimina Historia, Geografía y Educación Cívica de los programas de Primaria” (Pare de Sufrir, 2005). Para 1998 en Venezuela de 240 mil bachilleres tan solo 70 mil ingresaron a una universidad, los demás eran denominados “los flotantes”. De esa fecha hasta hoy han cambiado las cosas radicalmente porque más del 40% de la población venezolana esta estudiando en diferentes niveles.
Ahora bien, estos datos nos remiten a las palabras diáfanas de Jesús de Nazareth y a pesar de que hoy no se azoten a las personas por leer (Venezuela se declaro territorio libre de analfabetismo en el 2005), y a pesar de que se dedica mas del 6% del presupuesto nacional a la educación todavía permanece vivo el cáncer de la ignorancia en nuestro sistema educativo venezolano. El Redentor de Galilea hacia referencia en sus palabras al hecho de que los fariseos de aquel tiempo educaran a una persona para hacerla desgraciada y desde luego que ese educar era para hacerlo un miserable, un esclavo. De esa misma forma, nuestros pueblos han sido humillados y ofendidos en su dignidad, en su espíritu por no cultivar o por ser privados de un conocimiento transformador pues por siglos recibió una bazofia informativa y dogmática de forma oficial como educación.
II
Seis grandes errores perviven en nuestro sistema educativo que hace a nuestro pueblo dos veces más hijo del infierno:
1. Pretender enseñar de todo a base de memorización y repetición absoluta.
2. Obviar el tratamiento de la realidad contemporánea como fuente de pensamiento crítico y constructivo.
3. Mantener solo un personal clasificado para la enseñanza sin la intervención de otros actores fecundos del país.
4. Hacerlo un servicio para la burocracia ineficaz y no para formar gente productiva.
5. Rechazar el perfeccionamiento de la persona a través de la lectura y el estudio, las artes y los deportes, las ciencias y el trabajo liberador.
6. Descartar con rudeza la unión de estudiantes y profesores para la investigación científica y hacer uso de nuestros valores artísticos e históricos.
Un buen lema para enfrentar esta batalla es: “Nadie sabe lo bastante para ser pesimista”. Debemos fortalecer nuestro espíritu y concretar esta reforma necesaria. Porque sino seguirá ocurriendo lo que el genio latino Plutarco profetizo: “Dad vuestro hijo a un esclavo para que lo eduque, y en vez de un esclavo tendréis dos”.
SALVADOR MONTOYA
Calabozo, Carrera 19 16/02/09 2:35pm
esta bien chevere tu publicacion....
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