en constancia
los ríos del alma
van a tu cielo infinito
acusan a mi fe de duda
a mi verdad de mentira
a mi amor de odio
pero si supieras
que con las manos
no sólo se descubre
la intimidad
sino que también
se come lo prohibido
como vivir sin utopías
y desgarrarse
por estas
verdades irreversibles.
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