cuando ésta ciudad
perdió sus errores
en mi corazón:
atesoré todos
los horizontes de los besos
pobres del olvido
y perdoné tus injurias
para que me vieras
como la fugacidad del tiempo
porque tus verdades
me hicieron
torpe
para amar un mundo
tal cual me lo enseñaron
los maestros de las caidas
y asi consegui las consecuencias
de la triste melancolía
de quedarme
en tu cielo sin libertad y
y sin alas.
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