construir una vida,
un templo de amor:
piedra a piedra,
piel a piel,
sostener esa paciencia
para hacer el camino de la esperanza...
forjarme en ese fuego
milenario de angustias,
no he ansiado ser héroe:
nada en mí me ayuda...
sólo que esas rocas
y ese misterio cinético
de tus esfuerzos
huyen de una primavera
acompañados
de los besos enredados
de temores
por querer
definir
el amor
con el pan y el vino
de los traidores de utopías,
te has quedado
haciendo cielos
con mi soledad
y hasta aquí está bien
no sea que
la luz te la lleves también.
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