Soy una confusión media viva
Luis Britto García
En un intercambio de correos electrónicos particulares entre Luis Britto y yo, en los cuales le planteaba que él era un tesoro viviente venezolano, el gran escritor rechazó mi aseveración con contundencia y luego lanzó una apreciación propia de raíces nietzchsnianas: soy una confusión media viva. Ahora bien, meditemos por un momento los maravillosos frutos de la confusión media viva. Sabemos que el polígrafo Britto nació en Caracas en 1940. Permanece aún feraz y lúcido en sus actividades intelectuales y artísticas. Porque quien dedica su vida a la producción de conocimientos cultiva una inteligencia noble. ¿Qué son las más de 60 obras publicadas por él sino signos de poderosa proyección y comunicación? Cuando lo leemos sentimos que entramos en contacto con un erudito marginal convencido hasta los tuétanos que el ritual de la palabra concentra el alimento sólido que necesitan los pueblos para caminar en amor, virtud y felicidad. Un erudito no sólo experimenta las verdades y los criterios que enseña sino que también se niega a huir al enfrentamiento con el status quo, con las contradicciones de las ideas, con la dictadura mediática. Britto no ha vendido o banalizado su mensaje y su carácter por la lisonjas de los mantuanos postmodernos. En definitiva, Luis Britto García como muchos otros venezolanos y venezolanas, pone su corazón y energía con el ciudadano de a pie consciente. Para mi Luis Britto es el mejor escritor venezolano de la actualidad y Abrapalabra la novela de todo los tiempos de Venezuela y Latinoamérica.
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