jueves, 13 de octubre de 2011
UN FRUTO DEL BIEN Y DEL MAL
Por Salvador Montoya
El fotógrafo Héctor González no capta la realidad con su forma de ver las cosas que le rodean, más bien éstas le avasallan la mirada, penetran en su sensibilidad y transforman sus sensaciones que a veces tienden a concentrarse en vestigios de fuentes incalculables de esperanzas y paradojas. En su diario vivir es impulsado a desnudar lo que se nos presenta como experiencias habituales pero su lente nos testimonia que como esa lucha que Jacob tuvo con el ángel hasta no sentirse recompensado, el rastreador González avanza en su dicha de batalla y deja que su sangre, su sudor, sus lágrimas erógenas, sus tentaciones maravillosas puedan ser un fruto del bien y del mal.
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