en la primavera
de tu jardín
guardas el néctar embriagador,
es agotador
trabajar con incertidumbres
con necesarias nostalgias
para adentrarme
como un niño soñador
en tu estación magnánima
y hacer de nuestro lecho
la erupción de los horizontes
y llevarme a la boca
tus pezones de durazno
y la miel de tus panales.
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