para más tarde ser feliz
es que tal vez
ciego de utopías
se amanece mejor en tu piel,
puede que
los desiertos de tu alma
son los espejismos
del confuso amor
que nunca soñamos tener
pero
de todas maneras
cuando se te nombra
lo imposible
no es recuperar
el alma de niño
sino morir
asfixiado de ternura.
y Dios
se sienta en su butaca
y calla de fe
mientras nuestra
gravedad
une la noche y el día
en un beso
en este sueño.
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