Por
Salvador Montoya/Escritor
Tiranía
que se respete debe tener a Calígula de máximo ejemplo: totalitarismo,
incultura, vacuidad, catástrofes. En Venezuela hay un remix de ese disoluto
personaje romano según los medios de comunicación. Desde la llegada de Chávez,
en 1999, al poder: Venezuela ha venido a ser una dictadura de caos, brutalidad
y destrucción. Como afirma Simón Alberto Consalvi: “…revolución significa pobreza. En la Edad Media se les daba un trozo de
pan a los pobres para que siguieran siéndolo. Los subsidios de ahora cumplen el
mismo papel que tuvo aquel mendrugo de pan. Los pobres seguirán siendo cada vez
más pobres porque la revolución los necesita pobres” (Simón Alberto
Consalvi, Henrique Capriles Radonski, Siete
Días, 30/09/2012, p.7) Expondremos tres hechos tiránicos: la aprobación de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cumplimiento de
las Metas del Milenio propuestas por la ONU y el ser el país menos desigual de
América Latina. Tiranía que se respete
recurre a masacres permanentes para aniquilar a sus adversarios. Según los
medios de comunicación: Venezuela es el país más peligroso del mundo. La
filósofa Colette Capriles establece que: “Algunos
dirán que Capriles pudo recorrer el país porque lo dejaron para que Chávez
pareciera un demócrata. Si Chávez pudiera hacer las cosas que algunos creen que
tiene en la cabeza sería Kim Il Sung…Es interesantísimo, si no nos estuviera
pasando a nosotros, ver cómo el plano simbólico es suficiente para construir un
espíritu totalitario” (Entrevista a Colette Capriles en Siete Días, 30/09/2012, p.4). Expondremos tres hechos genocidas: somos el
quinto país con la más alta tasa de universitarios del planeta tierra, el 98%
de los venezolanos por lo menos come tres veces por día y más del 60% de los
venezolanos leen libros de su interés. Tiranía
que se respete tiene vocación de infalibilidad. En Venezuela se han puesto
en práctica ideologías atrasadas e infectivas, afirman sesudos analistas. Expone
Gloria Cuenca que mientras en el mundo resplandece la democracia: “…en nuestro país un líder mesiánico hacía
toda clase de promesas y ocultaba su verdadera esencia. Se disfrazó de
demócrata, era un estalinista y ganaba democráticamente la Presidencia. Hemos
transitado 14 terribles años” (Gloria Cuenca, Trascendencia de un acto, Últimas Noticias, 30/09/2012, p.26). Consideremos
tres equivocaciones continuas: impulso y fortalecimiento de los consejos comunales,
hacer en 14 años más de 15 elecciones populares y la creación de convenios y
organizaciones internacionales tales como UNASUR, CELAC, entre otros. Por favor,
dile no a la tiranía.